Día 10 (Parte 1)


Día 10(Parte 1)
30 de mayo

El testimonio de una hija

Bandera de H.I.J.O.S. Sgo. del Estero
en Tribunales de la provincia.
Foto gentileza de Paola Zigalini

“Yo tengo dos maneras de aproximarme a mi papá una es por los recuerdos, la otra por lo que me contaron..."


Desde temprano se nota mayor presencia en la sala, muchos familiares y organismos de derechos humanos. Se hace presente la agrupación H.I.J.O.S y estudiantes universitarios nuevamente, hay expectativa en la sala, que se acrecienta al entrar Ana Clarisa Giribaldi, hija de Mario.
 
“Yo tengo dos maneras de aproximarme a mi papá una es por los recuerdos, la otra por lo que me contaron mi familia, sus amigos, sus compañeros y lo que pude armar de su historia, que también es la mía (que tenía incompleta) por las jornadas durante el juicio por el asesinato de Cecilio Kamenetzky. Tengo dos recuerdos lindos, a pesar de mi corta edad, afortunadamente, tengo muy vívidos esos recuerdos....El primero, que era muy cariñoso conmigo, me mimaba siempre antes de dormir, en la pieza de matrimonio, en la cama de mis padres, me hacía cosquillas, cariños... mi mamá participaba mirando, luego me alzaba sobre los hombros, siempre me alzaba así, "a caballito", me llevaba a mi dormitorio y me hacía dormir cantando la canción de Víctor Jara , "Duerme negrito” (duerme negrita, cantaba él... con una sonrisa).

"Duerme, duerme negrito, que tu mamá está en el campo,
tabajando, trabajando duramente..."
Carta de ex presa política que ilustra la canción de Víctor Jara,
la misma que Mario solía cantarle a Ana Giribaldi.


El segundo recuerdo lindo es que me llevaba, del mismo modo, sobre los hombros, a nuestra casita que quedaba sobre Avenida Belgrano, frente a la plaza del mismo nombre (Belgrano), en La Banda. Mis abuelos maternos vivían a la vuelta de casa, sobre calle Soler. El me llevaba así, sobre los hombros, y un fuentón con ropa para lavar a mano en casa de mis abuelos maternos. Siempre cantando, siempre con ese espíritu alegre, que todos corroboran.  Y lavaba él, ya en el setenta... no era machista.

Mario Giribaldi
(Foto del Periódico "¡Presentes!"
Instituto Espacio de la Memoria)

"Siempre me dijeron la verdad...tu papá fue a trabajar y nunca volvió"


Siempre me dijeron la verdad. A esa edad, porque era muy chiquita, no me dijeron que había "desaparecido" pero tampoco me mintieron. Cuando preguntaba por qué no venía mi papá me decían: tu papa fue a trabajar y nunca volvió. Con el tiempo, aproximadamente a los 8 años, cuando se publicaban los edictos en el diario local para hacer la presunción de fallecimiento, ya me contaron el tema de la "desaparición". Ya podía entenderlo...La alegría era lo que lo caracterizaba, la alegría fue lo que nos sacaron al secuestrarlo.”

Ana recuerda que su abuelo materno era peronista y conocía a Musa, por lo que consigue permiso para llevarla a la SIDE a visitar a su padre. Recuerda entrar por un  pasillo con su abuelo y escuchar la voz de su padre que  gritaba “¡No Cuñado, no!”, (Mario les decía así a sus suegros, por la juventud de estos), su abuelo da media vuelta y se la lleva casi a las corridas. “No recuerdo la imagen de haber visto a mi papá, porque  ahí se me hizo una especie de bloqueo del recuerdo (los psicólogos sabrían explicar este mecanismo de defensa) y se me hizo como una cortina negra”. Pero sí  recuerdo haber dicho, al volver a casa, y lo que corroboré porque me dijeron mis familiares, mis tías, que eso había dicho yo: “Papa noni noni piso”, en lenguaje de niña de menos de 3 años: "noni-noni" es dormir (le explica a la Presidente del TOF que interrogó qué había pronunciado) al escuchar los testimonios durante el Juicio por Kameneztky, le permitió llenar muchos huecos que le habían quedado en su historia, “No entendía  por qué mi papa no había que lo vea",   lo entendió recién al escuchar esos testimonios sabiendo por esto del estado en que se encontraba su padre, por todas las torturas que había pasado … quien tirado en el piso no quiso que su hija tenga ese recuerdo de él.

Ana pudo reconstruir su historia gracias a los testimonios dados
en el juicio por el asesinato de Cecilio Kamenetzky.
(Foto de Archivo IEM)

También recuerda el allanamiento en la casa de su abuela (materna), al ver la casa llena de militares había manifestado: “Qué lindos los soldaditos”… “a mi nadie me había dicho que ellos eran malos, ni nada acerca de ellos, yo era muy chiquita y después, con el tiempo, me sentí tonta por haber sentido eso y haberlo dicho, con el daño que nos causaron”. 

Había una ambulancia (porque al lado de la entrada de su casa había un garage que hacía a las veces de una sala de espera durante los horarios de atención médica, de el consultorio de su abuelo, que era médico clínico) donde se escuchaban gritos de una mujer que decía: "Me muero" (por esto hasta el día de hoy, le afecta escuchar el ruido de la sirena de las ambulancias, porque creía que a alguno de sus afectos le pasaba algo). En ese momento rodearon la calle, la casa, el patio, la plaza, estaba todo lleno de "soldaditos" de verde, con armas largas. Su abuela materna salió a recibirlos, preguntando qué pasaba y se presentó "a cargo del operativo un militar de alto rango, con tonada del sur", según le contara su abuela materna quien enfermó y lamentablemente falleció dos meses antes que su otra abuela (paterna), pero que le manifestó estar contenta con el inicio de ese primer juicio por lesa humanidad en nuestra provincia, el de Cecilio. También recuerda que en ese entonces la mandaron con una niñera a la plaza, y ella, asustada, la puso dentro de unos arbustos. “En la plaza en esa época había un rectángulo grande con ligustros. Ahí me escondió ella, ella también conmigo.”

Llegando a los tres años “cada vez que me bañaban pensaba que mi papá me vendría a visitar. Y entonces preguntaba, muy seguido, "y mi papá, y mi papá?" Mi abuela, se ve que se ponía nerviosa porque no sabía qué decirme, lo quería mucho también a él, -es más, fue el único yerno al que quiso. Yo quedaba con esa sensación de vacío, de la fantasía de verlo a mi papá, a la realidad: Que no sabía por qué, no estaba.”

Emma Giménez de Giribaldi era su abuela paterna, murió con la desesperación de no saber qué pasó con sus hijos. Murió con depresión, después de haber luchado y hecho tanto por los derechos humanos... “Murió piel y hueso, quizás como mi papá. Había mañanas, sin embargo que se levantaba sin poder caminar, y  decía, sin embargo: tengo que salir a buscar a mis hijos. Partía el alma escucharla, verla así...”

Emma Giménez de Giribaldi era su abuela paterna, murió con la desesperación de no saber qué pasó con sus hijos. Murió con depresión, después de haber luchado y hecho tanto por los derechos humanos...

Mario junto a sus padres, Emma Gimenez y Humberto Giribaldi.
(Foto Periódico "¡Presentes!")


Osvaldo Giribaldi fue secuestrado en Tucumán y llevado a Trelew con su esposa.  Presenciando así, sin formar parte, la fuga de Trelew. Producto de la detención de su hermano Mario Giribaldi comenzaría su militancia política, participando en actividades a favor de la liberación de los presos de Trelew.  

Dibujo. Tomás Garbi estuvo a cargo del operativo
en el que secuestran a Mario Giribaldi.
(Dibujo de Archivo del IEM)
Por su abuela sabe que quien lideraba el operativo integrado por las fuerzas policial y militar era Tomás Garbi. “¿Qué peligrosidad puede tener una persona de veintidós años, para que lo torturen y desaparezcan?”


El 7 de abril cuando cumplía 22 años lo secuestran por primera vez, “lo llevamos para que no se olviden en su reputisima vida”  dirían los militares al secuestrarlo. Por su abuela sabe que quien lideraba el operativo integrado por las fuerzas policial y militar era Tomás Garbi. “¿Qué peligrosidad puede tener una persona de veintidós años, para que lo torturen y desaparezcan?” Su papá comenzó a militar en el PRT, en una oportunidad en un evento de rock en el que participaba el grupo SER, con Julio Carreras, subió al escenario a pedir por la libertad de los presos de Trelew y Rawson, su hermano, Osvaldo, era uno de ellos.

Su mamá le contó que algunos profesores pedían presenciar sus exámenes porque eran "brillantes"...tenía sensibilidad social, conciencia de clase.

Mario junto a un compañero del Bachillerato
Humanista. (Foto: Periódico "¡Presentes!")
  
Estudiaba abogacía, su mamá le contó que algunos profesores pedían presenciar sus exámenes porque eran "brillantes". A pesar de pertenecer a una clase social acomodada, tenía sensibilidad social, conciencia de clase. Luchaba y militaba en barrios pobres, alfabetizando, en La Católica, por ejemplo, improvisaba bancos y pupitres con troncos de árboles, les llevaba cuadernos, libros y enseñaba a leer, a escribir, cuáles eran sus derechos... En otra oportunidad, durante las inundaciones del 74 llevó toda la gente que pudo de los barrios mencionados a su casa paterna (sus padres estaban de viaje y le habían dejado provisiones de comestibles) ocasión que aprovechó para ayudar dándoles colchones, frazadas, alimento, remedios... Ana recuerda las cosas que le contaron sobre su papá, como que a él su abuela le compraba zapatos de buena marca y en su trabajo militante en cuanto se cruzaba con alguien que no tenía recursos, se los regalaba.

“Lo único que querían era un país con más justicia para todos”


Una vez que es llevado a la SIDE,y puesto en el sótano, “lugar inmundo con ratas, como se lo expresó a mi abuela Emma, en ocasión que mi abuela pudo visitarlo” fue torturado por Musa, Ramiro López, Garbi y Bustamante.  Y amenazado por Musa al liberarlo “si te vuelvo a encontrar te mato”.

Fue torturado por Musa, Ramiro López, Garbi y Bustamante.  Y amenazado por Musa al liberarlo “si te vuelvo a encontrar te mato”.

Otra vez son nombrados los mismos cuatro personajes:
Musa, Garbi, López Veloso y Bustamante como responsables
de torturas, secuestros, etc.

A partir de la detención de Mario, una especie de estigma cae sobre la familia, la gente se cruzaba de vereda al ver a sus abuelos por ser los padres del guerrillero. La casa donde vivía con sus padres era vigilada,  su abuelo se daba cuenta y salía a regar la vereda, para estar atento, cuidarlos para que no les pasara nada.

El 9 de mayo de 1976 Mario Giribaldi es secuestrado por segunda vez. Presentándose Garbi y el ejército en la casa familiar. Se llevan todo, hasta la ropa...

Sin embargo el 9 de mayo de 1976 Mario Giribaldi es secuestrado por segunda vez. Presentándose Garbi y el ejército en la casa familiar. Se llevan todo, hasta la ropa, una cámara de fotos robada en ese momento sería recuperada por su abuela quien se la regalaría al cumplir los 15 años, junto con otras pertenencias que pudo recuperar Emma. Le gustaba Silvio Rodríguez, Víctor Jara, también Leo Dan, a quien en una oportunidad, a los 14 años aproximadamente, siendo alumno del Bachillerato Humanista, pudo entrevistar.

Mario Giribaldi continúa desaparecido.


Al secuestro de Mario se le sumó el de su tío Osvaldo quien también fue secuestrado, un 28 de mayo.

Su abuela ha pisado todos lo lugares que ha podido pidiendo por la libertad de sus dos hijos. Correa Aldana le llegó a decir, que a Mario se lo llevaron para investigarlo y  hacerle preguntas.

“Mi abuela es la que tendría que estar aquí pero no está porque se tardó 36 años en hacer este juicio“.  


“Le pido perdón a mi mamá, pero tengo la necesidad de decir esto: soy hija de un desaparecido y también de una ex presa política”, su mamá es una ex presa política, pero no lo quiere reconocer. El 24 de marzo al enterarse del golpe “ella tenía miedo por su marido que militaba en el PRT, tenía miedo por su hija, de menos de 3 años, y por ella misma, que quedó cesante entonces de su trabajo en el Registro civil de La Banda”.

Garbi y Ramiro López fueron a buscarla a la escuela donde cursaba pero la directora no quiso entregársela a esta gente. Entonces regresaron (Garbi y López al domicilio de su mamá, en calle Soler 46 y su abuela envió a una empleada a retirarla). Así la llevaron al SIDE, donde fue torturada psicológicamente.  En la DIP “Musa la tenía como protegida en su despacho, sabiendo que su marido  estaba allí, preguntándole continuamente si lo quería ver, y ella por miedo decía que no, no lo quiero ver a ese hombre”  escuchó sin embargo como torturaban a Giribaldi y a otras personas. “Ella sabía que la puerta abierta era una especie de trampa, si ella quería o intentaba escapar le tocaría la tortura que escuchaba…  Su modo de sobrevivir, de protegerse era decir que no quería saber nada con ese hombre, refiriéndose a mi papá.”

“Yo no pude tener a mi papá, porque fue desaparecido y tampoco a mi mamá, que estaba ausente, porque no podía, ni pudo hasta ahora, superar los traumas que le produjeron..."


“Yo no pude tener a mi papá, porque fue desaparecido y tampoco a mi mamá, que estaba ausente, porque no podía, ni pudo hasta ahora, superar los traumas que le produjeron. También en otra oportunidad, o la misma ocasión, no lo sé con precisión porque ella no quiere o no puede hablar, la llevaron al Penal, no sé cuánto tiempo estuvo, sólo sé que volvió muy sucia. Mi mamá aún ahora está como si permaneciera presa en el despacho de Musa con su arma sobre el escritorio, intimidándola".

Sabe por testimonios que su padre estuvo en Arsenales (Tucumán) y que pudo ver allí a Osvaldo Giribaldi,  quien “estaba muy torturado” y su esposa  que estaba embarazada de siete u ocho meses,  atada con alambres de púas la tiran en Salí, y se salva solo porque la encuentra una persona del lugar.

Mario y Kelly junto al hijo de Osvaldo Giribaldi.
(Foto: Periódico "¡Presentes!")


Cuando a su papá lo traen al penal, lo llevan a ver al juez Federal Liendo Roca, estaba contento porque lo habían blanqueado, deduciendo por esto que se salvaba, ya que había llegado a  pensar que no saldría de Arsenales.

Fosa común encontrada con restos de desaparecidos
en el ex Arsenal de Miguel de Azcuénaga del ejército
de Tucumán, aquí funcionó el mayor centro clandestino
de detención y exterminio de esa provincia.
. (Foto: Centro de Información Judicial)


Antes de ser detenido sus padres le habían ofrecido irse a Italia pero él se negó “no se imaginaba que esta gente iba a hacer lo que ha hecho” en Tucumán le dijo al chaqueño “tendría que haberme ido”.

Por Julio Gallardo y Rubén Villa sabe que “no había día en que no me nombrara”

“Yo quisiera que estos señores digan que han hecho con el cuerpo de mi papá”

El 12 de noviembre de 1976 ellos decían que iba a haber una fiesta esa noche.  Luego de esta, se rumorea que habían fusilado a Cecilio y que su papá se había fugado, se suponía que su papá también estaba muerto. “Yo quisiera que estos señores digan que han hecho con el cuerpo de mi papá” sabe que Ramiro López y Corbalán estaban de guardia cuando matan a Giribaldi.



“Después de la desaparición de mi papá mi casa que era alegre, se ha vuelto triste”, su abuela materna no permitía que pongan música  porque le recordaba a mi papá.   En el patio de la casa materna aun hoy se ven las baldosas rotas como marca de los allanamientos recibidos.

Afirma  que a su papá lo trasladaron muerto en un auto robado que aparece en Tucumán. El dueño al lograr recuperarlo lo encuentra muy sucio por lo que lo lleva a un lavadero, de donde lo llamarían alarmados por encontrar el baúl lleno de sangre. Su abuela decía que lo tiraron en un campo cercano.

Mario Giribaldi, como tantos otros al momento de su asesinato en dependencia de la DIP estaba a disposición del juez federal Liendo Roca.


El ex Juez Federal Liendo Roca
(Foto perteneciente al Archivo
Fotográfico del Instituto Espacio de
la Memoria)


“Nosotros pensábamos que nunca se iba a juzgar a esta gente en Santiago del Estero. Me gustaría que rompan de una vez por todas el pacto de silencio y digan dónde están los desaparecidos, pero no soy ingenua... Hasta su líder, Videla, está reconociendo la figura del desaparecido, hablando de los mismos... Quiero que me digan dónde lo tiraron a mi papá, y a los demás desaparecidos santiagueños. Qué han hecho con sus huesos... El ser humano necesita del ritual del funeral para cerrar una etapa y elaborar el duelo. Pero como dije antes, no soy ingenua. También quiero decir que no guardo rencor, no quiero venganza, nunca agredimos a la gente que nos causó tanto sufrimiento, tanto daño... Desde H.I.J.O.S decimos: no olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos, no por un propósito caprichoso o de revancha; sino porque en toda sociedad debe haber límites: No se puede secuestrar, torturar, violar, matar, desaparecer personas por el simple hecho de tener una ideología política diferente. Necesitamos justicia, por los de ayer y los de hoy. Que se termine la impunidad. En nombre de los familiares, amigos, madres, hijos, compañeros de los secuestrados sobrevivientes y de los desaparecidos... Justicia!!!”

"Necesitamos justicia, por los de ayer y los de hoy. Que se termine la impunidad..."
Los juzga un tribunal, los condenamos TODOS
(Foto archivo IEM)

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario